Método Erica


¿De dónde viene este método?

El método Erica recibió su nombre a partir de la denominación científica de Erica Telralix, que es una planta que se destaca por su fortaleza y robustez así como por producir una flor suave, rosa y adorable. 

Este método fue desarrollado en la última parte del decenio de 1940 en la Fundación Erica de Estocolmo, Suecia. Tiene el objetivo de evaluar el funcionamiento psicológico de los niños por medio de la utilización de arena y juguetes de una manera estandarizada. 

Margaret Lowenfeld, del Instituto de Psicología Infantil de Londres, fue una de las pioneras en el desarrollo de este método al desarrollar la Técnica Mundial Lowenfeld. Esta técnica consistía en un "cajón maravilla" y objetos miniatura que los niños utilizaban para crear "microcosmos", teniendo así, la oportunidad de expresar y traslaborar sus sentimientos y conflictos interiores. 

¿En qué consiste el Método Erica?

Es un método de evaluación que combina la observación estructurada y la intuición clínica. Esto quiere decir que utiliza la observación formal basada en la realidad y el contacto empático con el niño. 

Es un método utilizado por psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y orientadores escolares para realizar una evaluación del paciente. Es necesario que cualquier profesional que utilice este método, tenga una sólida experiencia e el desarrollo infantil y conocimiento de los métodos proyectivos. 

Los pacientes

Este método se utiliza para niños entre 3 y 12 años, aunque el concepto de la combinación de juguetes y arena no se restringe a un rango de edad. En el caso de adolescentes y adultos, pueden aceptar la oportunidad de proporcionar gestalt a sus experiencias vitales, sin utilizar de modo necesario las palabras para lograr la comunicación. 

Este método es ideal, ya que los aspectos no verbales permiten comunicarse con una población que no pueda responder a tareas verbales, como lo es el caso de los niños sordos. Este método proporciona una oportunidad de proyectar sus sentimientos y revelar su experiencia anterior de una manera no amenazante y segura. No requiere mayor motivación para comenzar a utilizarlo en niños. 

Logística del Procedimiento

La sala de juegos requiere de un armario abierto con 12 compartimientos, donde el niño pueda observar claramente los juguetes y materiales así como que sean accesibles para el. Este método requiere de un aproximado de 360 figuras o juguetes de miniatura. Estos juguetes son divididos en 1 categorías:

      1. Soldados, vaqueros e indios
      2. Otras personas
      3. Animales Salvajes
      4. Animales domésticos o de una granja
      5. Vehículos de Transporte
      6. Materiales para la guerra 
      7. Construcciones
      8. Verjas
      9. Casas y arboles
      10. Objetos para interiores

Estas figuras pueden cumplir los criterios de ser móviles, activos o estáticos. Es en base a este criterio que dichas figuras son organizadas dentro de sus categorías correspondientes dentro del armario. De igual manera, se proporciona un pedazo de arcilla, con la cual puede crear cualquier cosa que pudiera faltar entre la colección de modelos a su disposición.

Es necesario que el terapeuta tenga dos cajones de madera llenos de arena, uno que se coloque sobre una estructura de madera y otro cajón de arena húmeda, que se extiende debajo de la estructura de madera. 

Observación del Juego

Este método es de evaluación, por lo que el terapeuta debe permanecer en un lugar donde pueda observar y registrar la conducta del niño sin entrometerse en el juego que el mismo desarrolla. Es su labor realizar anotaciones continuas y cronológicas sobre las actividades del niño, los objetos utilizados, comentarios, preguntas, expresiones faciales y su conducta en general.

El terapeuta debe adoptar un rol de observador activo que intenta ser empático y estar disponible sin integrarse en una relación terapéutica con el aniño anticipada. Tiene una actitud pasiva y neutral que demuestra interés y apoya lo que el niño realiza. 

Es labor del terapeuta establecer los límites prudentes dentro del cuarto de juegos, lo que incluye el maltrato o destrucción de materiales, retirarlos del cuarto de juegos y establecer límites sobre el manejo de arena como el juego excesivo con lodo o arrojar arena, que no serían beneficiosos para la etapa de diagnóstico del paciente. 

La observación dura como máximo, 45 minutos. El terapeuta debe preparar con cuidado al niño para la terminación de la sesión. Al finalizar la creación del mundo del niño. el terapeuta debe indagar sobre el mundo que el niño ha creado. Esto dependerá de la edad del niño, puesto que los niños pequeños disfrutan más de la creación del mundo que el producto final. Algunos, que son inseguros y cautelosos, utilizarán pocos objetos y un mayor tiempo de construcción.

El terapeuta debe observar la latencia de respuesta o la cantidad de tiempo que transcurre desde que se proporcionaron las instrucciones hasta que comienza la colocación de objetos sobre la arena. 

La observación se realiza por tres sesiones consecutivas, que se relacionan entre sí en cuanto a tiempo, de una manera tan cercana como sea posible. De igual manera, el terapeuta debe evitar el uso de las palabras juego o juegos para no influenciar la visión del niño respecto a la situación.

Evaluación del Juego en la Arena

El análisis evalúa cada cajón de arena por separado y su evaluación final se basa en la continuidad y repetición de los elementos estructurales y temáticos. Únicamente a través del análisis de las variables formales y las variables del contenido, se tiene una imagen proyectiva completa del juego en la arena por parte del niño.




Interpretación de los Aspectos Formales

Los aspectos formales del juego de un niño incluyen: 
  1. Selección y tratamiento de la arena
  2. Número de juguetes y categorías que se utilizan
  3. Nivel de desarrollo dentro del juego en la arena
  4. Cambios y correcciones
  5. Límites de tiempo
  6. Niveles de composición

Selección y tratamiento de la Arena: esto consiste en la expresión de impulsos y fantasías del niño a través del juego con la arena. La mayoría de los niños les parece atractiva la arena y tienen el impulso de tocarla, por lo que usualmente la acarician y la aplanan. El contacto y la caricia rítmica de la arena, en casos de víctimas de abuso sexual, puede proporcionar una gratificación sexual. En el caso de los niños ansiosos, pueden frotar la arena e insistir en limpiarse inmediatamente o rehusarse a utilizarla y realizar construcciones en la orilla de madera que rodea el cajón de arena.

Es normal que los niños realicen el ocultamiento, es decir, que oculten objetos dentro de la arena. Esto puede significar la expresión del tratar de dominar la tarea de desarrollo de la constancia objetal al ocultarlos y hallarlos. También puede mostrar ansiedad por la separación y en otras oportunidades, no se está consciente del significado del mismo. 

Debido a la existencia de la arena seca en el cajón superior y la arena húmeda del cajón inferior, el niño puede utilizar cualquiera de ellas o ambas. Es más común que se utilice la arena seca por una movilidad más fácil y que se desplaza sin resistencia. Esta arena seca es segura y no requiere mayor esfuerzo. La arena húmeda, por el contrario, requiere de mayor esfuerzo y energía, por lo que usualmente es utilizada por niños extrovertidos que tienden a jugar de una manera mas vigorosa, enérgica y, algunas veces, agresiva. También permite una construcción más compleja.

El nivel de intensidad, así como la capacidad del niño para desconectarse de la actividad, indican con cuánta profundidad afecta al niño. Se deben establecer límites constructivos prudentes para evitar que el niño se sienta herido o criticado. 

Los niños más creativos, expanden los mundos creados utilizando ambos cajones y continuar la creación en la modalidad de un lago o del mar en la arena húmeda. Aquellos niños con dificultad con los límites y la contención permiten que su desorganización se desborde al otro cajón.

Dependiendo de la edad, los niños pueden utilizar partes o la superficie completa del cajón de arena. Los niños más temerosos, temen dejar rastros de su presencia y ser criticados respecto a sus propios productos. 

En promedio, los niños utilizan entre 50 a 70 figuras de las 360 disponibles. Los niños que utilizan menos de 35 figuras, se considera que ha creado un mundo vacío. Esto puede ser una indicación de una psicopatología. Por el contrario, los niños que utilizan más de 100 objetos, se considera que es un mundo saturado. Esto puede indicar una carencia de madurez emocional, impulsividad, percepciones distorsionadas de la realidad o una capacidad limitada para organizar su juego.



Todos los niños juegan según su edad y estado de desarrollo. Los niños pequeños disfrutan de explorar y experimentar, mientras que los niños mayores tienen más curiosidad y sorpresa, por lo que su juego es "funcional" y con un menor nivel de fantasía. 

Como se mencionó anteriormente, se realizan tres sesiones. Los niños crean diferentes mundos durante cada sesión y comúnmente, estos cambios son tranquilos y orientados hacia los objetivos, asi como de una frecuencia limitada, expresando el florecimiento de una autocrítica y una buena orientación respecto a la realidad. De haber cambios muy frecuentes, existe una autocrítica severa y un sentimiento de inadecuación o inferioridad. Otros niños pueden mostrarse inflexibles y rígidos al no realizar cambios. 

El nivel de composición del mundo creado puede arrojar información del desarrollo y del coeficiente intelectual del niño. Los niños clasifican los objetos según su edad, dependiendo de su habilidad para comprender el significado de los juguetes. De igual manera, la configuración o la creación de patrones geométricos en la creación de los mundos da referencias sobre la edad del paciente. También pueden utilizarlos para la yuxtaposición o representación de la realidad que viven. Pueden combinar la forma y contenido para realizar composiciones simples o complejas, creando así escenas sencillas o escenas significativas. Algunas escenas pueden mostrar una calidad deficiente y muestran conductas y síntomas del desarrollo de un niño de menor edad.

Algunos, que no tienen control sobre su yo, son incapaces de organizar su propio juego y agrupan los objetos de una manera caótica. Esto puede ser una muestra de ansiedad o el resultado de una etiología psicológica u orgánica, así como la combinación de ambas. Algunas combinaciones de objetos pueden ser extrañas y tener una explicación racional y plausible para el niño a pesar de su orientación cuestionable con respecto a la realidad. 

El uso de cercas y muros, sugiera la necesidad de control y protección en los niños. Es usual en niños que provienen de hogares caóticas y quisieran crear refugios seguros sin instrucciones o perturbaciones externas. Esto también puede ser muestra de una timidez extrema y un deseo de evitar interacciones sociales. 

En fin, aunque existen muchos indicadores de acuerdo a los diferentes niveles de análisis del juego en la caja de arena, depende mayoritariamente de los conocimientos del terapeuta en el desarrollo del niño y en métodos proyectivos. Es necesario tomar nota que este método es evaluativo y únicamente dará indicios de aspectos de la personalidad o de la realidad del paciente. Es necesario que el terapeuta tenga experiencia y dedique una cantidad considerable a su preparación para realizar dicho método e interpretación de una manera adecuada. 







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